sábado, 19 de julio de 2014

El Milagro de Estambul

Hay finales de todo tipo y para todos los gustos, finales apretadas, finales aburridas, finales predecibles, finales dramáticas y luego están esas finales que se ganan con el alma y a punta de entrega, esas que siguen erizando pieles y generando admiración muchos años después.

Shevchenko del AC Milán y Gerrard del Liverpool ingresando al campo de juego.

Cuando se habla de estas últimas finales es imposible no pensar y referenciar una que encaja perfectamente y que seguramente muchos recuerdan, se trata del partido disputado en el estadio de Atatürk-Estambul por la Liga de Campeones 2005 y que tuvo como protagonistas a los clubs AC Milán de Italia y Liverpool de Inglaterra.

Ambos equipos venían de realizar una campaña impecable en las fases previas del torneo. Sin embargo el favoritismo recaía sobre un Milán con mayor experiencia en finales europeas que había obtenido dos años antes el mismo campeonato que disputaba, mientras que el Liverpool ya cumplía 21 años sin ostentar el título europeo.

Más de 70 mil espectadores llegaron al estadio de Turquía ese 25 de mayo de 2005 para apreciar un partido que parecía prometedor. Por un lado estaba el equipo rossonero que atravesaba una de sus mejores épocas bajo las riendas del técnico Carlo Ancelotti y comandado por “Il Capitano” Paolo Maldini, Andrea Pirlo y un Kaká en su mejor momento. Ellos se enfrentaban a los reds, un equipo que recientemente se había teñido de español con la contratación del técnico Rafa Benítez y de los renombrados jugadores Xabi Alonso y Luis García, todos liderados por su capitán y figura Steven Gerrard.

Tras el pitazo inaugural del árbitro, Manuel Mejuto, solo transcurrieron 50 segundos, solo 50 para que las graderías del estadio vibraran con el grito de un gol anotado con la pierna “mala” del capitán Maldini. El partido apenas había empezado y esa primera anotación era solo el abrebocas de lo que le esperaba al Liverpool en los próximos 45 minutos.

Pirlo, Maldini, Kaka y Crespo fueron las figuras del AC Milán en el primer tiempo.
Después de ese primer tanto que los puso en desventaja, los reds se mostraron deslucidos y el AC Milán cargado de confianza seguía provocando ocasiones que terminaron haciéndose efectivas a menos de 10 minutos del descanso cuando Crespo hundió el esférico en la red tras un centro de Shevchenko. Un premio a la insistencia del conjunto italiano.

Y no habían terminado de reaccionar los de Rafa Benítez cuando apareció nuevamente el argentino Crespo, que parecía decidido a jugar el partido de su vida, y volvió a marcar después de una habilitación maravillosa del imparable Kaká, gran representante del “jogo bonito” brasileño.

Los hinchas vestidos de rojo en el estadio se llevaban las manos a la cabeza con dolor y las expresiones en los rostros de los jugadores eran la muestra más contundente de lo real e insólito que había resultado ese primer tiempo.

Como el ave fénix…

Lo que sucedió en el interior del camerino o lo que pudo haber dicho Rafa Benítez a los jugadores nunca lo sabremos con seguridad, sin embargo fue evidente que algo cambió allí dentro porque sus pupilos salieron a enfrentar la siguiente mitad de manera distinta, transformados desde su expresión hasta su juego, honrando con orgullo la gallardía característica de los reds.

Los jugadores del Liverpool cambiaron de actitud tras el descanso
 Probablemente ellos no confiaban en que pudiera suceder un milagro, pero se notaba que estaban dispuestos a afrontar con dignidad los minutos que quedaban, como si llevarán grabadas en sus cabezas las palabras de aquel himno que sus seguidores habían adoptado:

“Cuando camines a través de la tormenta
Mantén la cabeza alta
y no temas por la oscuridad”

Nadie, ni hinchas, ni oponentes, ni jugadores podían predecir lo que estaba a punto de suceder. No podían saber los espectadores que abandonaron el estadio en el descanso que después se lamentarían tantas veces por no haberse quedado.

Una movida estratégica de Rafa Benitez empezó a marcar la diferencia en el campo cuando entró el mediocampista Hamman por el zaguero Finnan, reforzando así el centro del terreno de juego y dando más libertad a su figura Steven Gerrard.

Y entonces lo impensable sucedió en solo 6 minutos, como si estuviera ya escrito y nadie pudiera evitarlo… un cabezazo de Gerrard, 1-3; un disparo largo de Smicer, 2-3; y luego Xabi Alonso fallaría un penal que él mismo se encargaría de convertir tras el rechazo del guardameta, 3-3.

Con la cabeza, Steven Gerrard, abrió el marcador para el Liverpool

La sorpresa invadió el Atatürk, en los rostros de los hinchas reds ya no cabía la vergüenza, las lágrimas de tristeza se transformaban en llanto de alegría y eran los jugadores rossoneros los que ahora parecían no creer lo que estaba sucediendo. “Miré las manecillas del reloj, parecían correr hacia atrás. Estaba paralizado, todo giró 180 grados” fue el comentario que Carlo Ancelotti hizo sobre la impresionante remontada del Liverpool.

Tras el inesperado empate, ambos equipos parecían decididos a aguantar el resultado y fue el turno para los arqueros de convertirse en figuras evitando la inminente derrota de sus conjuntos. Al cumplirse los 90 minutos el juego seguía sin resolverse y la prorroga continuo sin mayores sorpresas, no podía sospechar nadie que después de tantos goles el campeón de Europa se decidiría en la tanda de penales, como si el partido necesitara una dosis extra de emoción.

Contrario a lo que muchos pensaban ni Gerrad, ni Alonso, ni Smicer iban a ostentar el reconocimiento a héroe del partido porque ese título estaba destinado a Dudek, el arquero que ya había salvado al Liverpool en el alargue y que en los penales sellaría una noche perfecta.

El primero de Milán pegó en el travesaño, Liverpool anotó; Dudek atajó el segundo de los rossoneros, Liverpool anotó; Tomasson marcó el primero para el equipo italiano, Dida atajó el de los reds; Kaká convirtió el segundo para el Milán, Smicer hizo lo propio para Liverpool; y finalmente Dudek atajó el último penal y un segundo después estaba corriendo como loco por la cancha para recibir el abrazo de sus compañeros que no daban crédito a todo lo que había sucedido, sin creerlo posible le acababan de dar la quinta Copa de Europa al conjunto de Inglaterra.

Reacción de los jugadores de Liverpool tras la atajada de Dudek que los convirtió en campeones
You'll never walk alone

 Es sabido por todos que en el fútbol no hay nada escrito, sin embargo lo que ocurrió aquella noche en Estambul iba contra todos los pronósticos y la naturalidad de este deporte. A pesar de ello, había un hombre en la cancha que, antes de los penales, supo que la derrota del Milán era inevitable:

“Miré a mis jugadores a los ojos y vi que algo iba mal. Estaban pensando demasiado. Antes de lanzar un penalti nunca es una buena actitud. En ese momento supe que prácticamente estábamos acabados” confesó el DT italiano, Ancelotti.

El partido pasó automáticamente a la historia y, como se esperaba, muchos rumores salieron a relucir sobre lo que pudo haber ocurrido en el camerino. Jugadores e hinchas se encargaron de reconstruir los hechos y grabaron para siempre en sus corazones lo que, según ellos, Rafa Benítez dijo a un equipo aparentemente derrotado aquel día:

“Tenéis que mantener la cabeza alta por los aficionados. Tenéis que hacerlo por ellos. No os podréis llamar jugadores del Liverpool si bajáis la cabeza. Si creamos algunas oportunidades tenemos la posibilidad de darle la vuelta a esto. Creed que podéis hacerlo y lo haremos. Daos la oportunidad de ser héroes".

El DT Rafa Benítez atribuyó la victoria a la actitud de los aficionados del Liverpool

Años después, en una entrevista, Rafa Benitez reconoció que nada hubiera sido posible sin los aficionados que en el descanso coreaban el himno del Liverpool como si el primer tiempo no hubiera existido: “Nunca ha habido una final más llena de emoción y creo que nunca la habrá. Con otros aficionados no hubiera sido posible".

Datos para la historia:

-El gol de Paolo Maldini a los 50 segundos, es el más rápido en una final de la Champions League.

-AC Milán y Liverpool se volverían a encontrar en la final del mismo campeonato en 2007. Aquella vez los de Carlo Ancelotti se coronaron campeones.  

-Diego Armando Maradonna y Franz Beckenbauer reconocieron que este partido se había constituido en la mejor final de la historia de la copa. 

-El himno que alentó a los jugadores del Liverpool en este partido es "You'll never walk alone" y se ha convertido también en el himno del Borussia Dortmund de Alemania y el Celtic de Escocia 

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