Hay finales de todo tipo y para todos los gustos, finales apretadas, finales aburridas, finales predecibles, finales dramáticas y luego están esas finales que se ganan con el alma y a punta de entrega, esas que siguen erizando pieles y generando admiración muchos años después.
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Shevchenko del AC Milán y Gerrard del Liverpool ingresando al campo de juego. |
Cuando se habla de estas últimas finales es imposible no pensar y referenciar una que encaja perfectamente y que seguramente muchos recuerdan, se trata del partido disputado en el estadio de Atatürk-Estambul por la Liga de Campeones 2005 y que tuvo como protagonistas a los clubs AC Milán de Italia y Liverpool de Inglaterra.
Ambos equipos venían de realizar una campaña impecable en las fases previas del torneo. Sin embargo el favoritismo recaía sobre un Milán con mayor experiencia en finales europeas que había obtenido dos años antes el mismo campeonato que disputaba, mientras que el Liverpool ya cumplía 21 años sin ostentar el título europeo.
Más de 70 mil espectadores llegaron al estadio de Turquía ese 25 de mayo de 2005 para apreciar un partido que parecía prometedor. Por un lado estaba el equipo rossonero que atravesaba una de sus mejores épocas bajo las riendas del técnico Carlo Ancelotti y comandado por “Il Capitano” Paolo Maldini, Andrea Pirlo y un Kaká en su mejor momento. Ellos se enfrentaban a los reds, un equipo que recientemente se había teñido de español con la contratación del técnico Rafa Benítez y de los renombrados jugadores Xabi Alonso y Luis García, todos liderados por su capitán y figura Steven Gerrard.